Factores de riesgo en la enfermedad de Alzheimer en el municipio Bayamo

Multimed 2016; 20(6)
NOVIEMBRE- DICIEMBRE

ARTÍCULO ORIGINAL

 

UNIVERSIDAD DE CIENCIAS MÉDICAS. GRANMA
FILIAL DE CIENCIAS MÉDICAS Dr. EFRAÍN BENÍTEZ POPA. BAYAMO, GRANMA

 

Factores de riesgo en la enfermedad de Alzheimer en el municipio Bayamo

 

Risk factors in Alzheimer disease in Bayamo municipality

 

 

Esp. Fisiol. Patol. Ramón Calzado Salomón, Esp. Farmacol. Yanaisa Noraida Fernández Corrales.

Filial de Ciencias Médicas Dr. Efraín Benítez Popa. Bayamo. Granma, Cuba.

 

 

RESUMEN

Introducción: la enfermedad de Alzheimer es un problema tanto para las familias como para los sistemas nacionales de salud, debido a la falta de un tratamiento curativo y la carga que representa.
Objetivo: determinar la asociación de algunos factores de riesgo con la demencia de tipo Alzheimer entre noviembre 2013 hasta enero 2015, municipio de Bayamo
Método: estudio de casos y controles. Se estimó una muestra de 35 casos y 64 controles. Se estudiaron como variables el sexo, edad, color de piel, lugar de residencia, ocupación, nivel de escolaridad, hábitos tóxicos como fumador, consumo de café, alcoholismo, hipertensión arterial, diabetes mellitus, dislipidemia, antecedentes patológicos personales de trauma craneal, deterioro cognitivo leve, depresión, ansiedad, sedentarismo y obesidad.
Resultados: el análisis univariado arrojó que la edad mayor o igual a 70 años casi duplica el riesgo de padecer Alzheimer al igual que el hábito de fumar y el consumo de café que duplican el riesgo de padecer la enfermedad. La hipertensión arterial y las dislipemias tienen iguales comportamientos. En el análisis del modelo de regresión logística binaria se encontró que el trauma craneoencefálico seguido del deterioro cognitivo leve, la depresión y la hipertensión arterial mostraron una relación independiente, estadísticamente significativa e importante con el riesgo de padecer demencia de tipo Alzheimer
Conclusiones: los valores obtenidos por el ajuste de la función de regresión logística que más se asociaron con los factores de riesgo en la demencia de Alzheimer fueron el traumatismo craneoencefálico, el deterioro cognitivo leve, la depresión y la hipertensión arterial.

Descriptores DeCS: ENFERMEDAD DE ALZHEIMER, TRAUMATISMOS CRANEOCEREBRALES, FACTORES DE RIESGO, DEMENCIA.

 

ABSTRACT

Introduction: alzheimer disease is a problem for the family and for health national systems, due to a lack of treatment and the burden it represents.
Objective: to determine the association of some risk factors with Alzheimer disease from November 2013 to January 2015, Bayamo municipality.
Method: a Cases and controls study. A sample of 35 cases and 64 controls was estimated. Age, skin color, place of residence, occupation, level of schooling, smoking habits, coffee consumption, alcoholism, hypertension, diabetes mellitus, dyslipidemia, personal pathological history of cranial trauma, deterioration of cognitive impairment, depression, anxiety, physical inactivity and obesity.
Results: the univariate analysis showed that age greater than or equal to 70 years almost doubles the risk of Alzheimer's disease, as well as smoking and coffee consumption that double the risk of suffering from the disease. Hypertension and dyslipidemia had the same behaviors. In the analysis of the binary logistic regression model we found that cranioencephalic trauma followed by mild cognitive impairment, depression and arterial hypertension showed an independent, statistically significant and important relation with the risk of Alzheimer's dementia.
Conclusions: the values obtained by adjustment of the logistic regression function that were most associated with the risk factors in Alzheimer's dementia were head injury, mild cognitive impairment, depression and arterial hypertension.

Subject headings: ALZHEIMER DISEASE, CRANIOCEREBRAL TRAUMA, RISK FACTORS, DEMENTIA.

 

 

INTRODUCCIÓN

La enfermedad de Alzheimer (EA) se ha convertido en un problema social muy grave para millones de familias y para los sistemas nacionales de salud de todo el mundo, después de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Sin embargo, lo que hace que esta demencia tenga un impacto tan fuerte en el sistema sanitario y el conjunto de la sociedad es, sin duda alguna, su carácter irreversible, la falta de un tratamiento curativo y la carga que representa para la familia de los afectados. 1

Ningún tratamiento preventivo primario o secundario para el Alzheimer se ha aceptado. Las investigaciones epidemiológicas, sin embargo, han proporcionado evidencias específicas de factores modificables y factores protectores. Entre los factores de riesgo probables se pueden citar el deterioro cognitivo leve, el aumento de la homocisteína, las deficiencias de estrógenos, la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, las dislipidemias, el infarto del miocardio.

Algunos de los factores de riesgo definitivos son la edad, factores hereditarios y las mutaciones genéticas dentro de los posibles se estudian los tóxicos, depresión, alcoholismo, tabaquismo, edad avanzada de los padres, herencia por la vía materna, tamaño reducido de la cabeza, Parkinson, etc.2

Es importante conocer los factores de riesgo investigados durante la fase de latencia de la enfermedad, llamada «preclínica», aunque es muy probable que haya que relacionarlos más con la transición de un estado asintomático a una situación de enfermedad diagnosticable. Quizás no representen factores de riesgo relacionados con la causa sino condiciones precipitantes de la aparición de la enfermedad.3

En los momentos actuales se estima que la EA afecta a más de 6 millones de personas en Norteamérica, 5 millones en Europa, entre 8 y 10 millones en Asia y 1,5 millones de individuos en América del Sur, con una prevalencia media de 3 a 15 % y una incidencia de 0,3 a 0,7 % en mayores de 65 años.4

En Cuba en el año 2013 la demencia de tipo Alzheimer fue la séptima causa de muerte en ambos sexos con 3728 fallecidos para una tasa de 14.4.5

A pesar de haber encontrado publicaciones nacionales e internacionales que tratan esta temática, no evidenciamos estudios realizados en el municipio Bayamo por lo que nos enfrentamos a un problema científico ¿Existirá asociación entre los factores de riesgo como: la edad avanzada, el sexo femenino, los hábitos tóxicos, el bajo nivel de escolaridad, los antecedentes de traumas craneales, de enfermedades cardiovasculares, los antecedentes familiares de síndrome de Down y la aparición de la demencia de tipo Alzheimer?, esto nos motivó para la realización de este estudio, con vista a determinar la asociación de algunos factores de riesgo en pacientes con demencia de tipo Alzheimer.

 

METODO

Se realizó un estudio de casos y controles con el objetivo de determinar la asociación de algunos factores de riesgo con la demencia de tipo Alzheimer en la población del municipio de Bayamo perteneciente a la provincia de Granma en el período comprendido entre noviembre de 2013 hasta enero de 2015.

La investigación se realizó teniendo en cuenta el universo de pacientes diagnosticados previamente por demencia de tipo Alzheimer en el municipio de Bayamo en el periodo comprendido de noviembre del 2013 hasta enero del 2015. El tamaño de la muestra fue calculado por el paquete estadístico EPIDAT Versión 3.0. Finalmente se estimó un tamaño de muestra de 35 casos y 64 controles en proporción 1:2 con características sociodemográficas similares.

Las variables empleadas fueron: sexo, edad, color de piel, lugar de residencia, ocupación, nivel de escolaridad, hábitos tóxicos como fumador, consumo de café, alcoholismo, hipertensión arterial, diabetes mellitus, dislipidemia, antecedentes patológicos personales de trauma craneal, deterioro cognitivo leve, depresión, ansiedad, sedentarismo, obesidad.

Los pacientes se reevaluaron nuevamente en las diferentes consultas para precisar el diagnóstico, se realizó una evaluación neuropsicológica por un personal multidisciplinario, se tuvieron en cuenta los criterios diagnósticos de demencia y la demencia degenerativa primaria tipo Alzheimer (DSM IV) y los criterios de NINCDSADRDA de enfermedad de Alzheimer probable.

Se utilizó también como instrumento de evaluación la escala o test de demencia de Blessed a cada uno de estas personas, la historia clínica individual y la encuesta tanto a estas personas (siempre que puedan cooperar) como a los familiares o cuidadores previo consentimiento informado.

Los datos de las fuentes antes señaladas se llevaron a una base de datos procesados con el paquete estadístico SPSS 18.0 para Windows el cual se utilizó para todo el procesamiento estadístico realizado.

 

RESULTADOS

En el análisis univariado de las variables sociodemográficas encontramos que la edad mayor o igual de 70 años, el sexo femenino, las personas de piel negra, los que viven en zonas urbanas y los desvinculados laboralmente no tenían una asociación significativa con la demencia. Los que tenían una escolaridad primaria presentaban el riesgo de padecer Alzheimer (tabla 1).

El hábito de fumar y el consumo de café duplican el riesgo de padecer la enfermedad mientras que la ingestión de alcohol no mostró significación estadística (tabla 2).

En el análisis de las variables clínicas resultaron factores de riesgo la hipertensión arterial y la dislipemia; la diabetes mellitus, la obesidad y el sedentarismo no tuvieron significación estadística en este estudio(tabla 3).

La influencia de los antecedentes patológicos personales sobre el riesgo de padecer demencia de Alzheimer fue de la siguiente forma, el deterioro cognitivo leve fue el factor de riesgo más importante al elevar a más de quince veces el riesgo, el trauma craneoencefálico, la depresión y la ansiedad fueron también importantes en la aparición de la enfermedad (tabla 4).

Cuando se ajusta el modelo de regresión logística binaria a los datos, el trauma craneoencefálico seguido del deterioro cognitivo leve, la depresión y la hipertensión arterial mostraron una relación independiente, estadísticamente significativa e importante con el riesgo de padecer demencia de tipo Alzheimer (tabla 5).

 

 

DISCUSIÓN

Estudios poblacionales recientes sobre la prevalencia de demencia, realizados de acuerdo con criterios diagnósticos tipificados, muestran un incremento exponencial con la edad. 6

Con respecto al sexo, la mayoría de los estudios reportan que las féminas son las más afectadas. Aunque las razones para la mayor frecuencia de estos trastornos en la mujer pueden ser varias, una es admitida universalmente: la diferencia en la supervivencia de ambos sexos, la mujer sobrevive más que el hombre aproximadamente unos 8 años en los países desarrollados y si la frecuencia aumenta exponencialmente con la edad a partir de los 65 años no es de extrañar que el número total de mujeres afectadas supere al de los hombres.7

En otro estudio sobre la prevalencia de la demencia, se han descrito el efecto protector de la educación, 8 donde se demuestra que las personas que tienen alto nivel de educación tienen menor riesgo de presentar deterioro cognitivo y demencia de Alzheimer ya que estos individuos instruidos poseen mayores sinapsis corticales que los iletrados y por tanto, están más capacitados para hacer frente al deterioro causado por la pérdida neuronal característica de la demencia.

Con respecto al consumo del café, autores como Laitala y colaboradores 9 no apoyan el papel independiente del café en la patogénesis del declive cognoscitivo y la demencia, asegurando que a pesar del consumo alto de los pacientes con demencia no era un predictor independiente de actuación cognoscitiva en la vejez.

Los efectos beneficiosos de la cafeína pueden generarse a través de los mecanismos que reducen la producción de â-amiloide o mediante el aumento del nivel de proteínas cerebrales importantes para el aprendizaje y la memoria, como el factor neurotrófico derivado del cerebro.10

Los bebedores de alcohol no tenían un riesgo aumentado de cualquier demencia comparado con el abstemio. Los resultados de esta investigación sugieren que los bebedores del alcohol en la vida tardía hayan reducido el riesgo de demencia. Es incierto si esto refleja los efectos de la selección en estudios de cohorte que comienzan en la vida tardía, un efecto proteccionista de consumo del alcohol a lo largo de la madurez, o un beneficio específico de alcohol en la edad avanzada.11

La asociación de la hipertensión arterial como factor de riesgo de la demencia de tipo Alzheimer coinciden con otro estudio nacional como los realizados por Llibre Rodríguez 12 en adultos mayores con el síndrome demencial en la Habana y Matanzas que asocian la hipertensión arterial con esta enfermedad neurodegenerativa al igual que otro trabajo realizado en el 2014 donde evidencia esta asociación y se demuestra que la hipertensión arterial afecta la integridad de la barrera hematoencefálica, que permite la extravasación y el depósito de proteínas en el parénquima cerebral, la cual conduce a daño celular, reducción de la función neuronal o sináptica, apoptosis e incremento en la acumulación de la proteína beta amiloide y a largo plazo deterioro cognitivo. 13

Aunque en esta investigación la diabetes mellitus por sí sola no tuvo una significación estadística que demostrara la asociación de esta en la ocurrencia de Alzheimer, sí podemos pensar que la combinación de esta con otros factores de riesgo se asocia a la demencia, ya que los pacientes diabéticos eran hipertensos con dislipemias importantes. En otras publicaciones la diabetes mellitus guarda relación con la enfermedad de Alzheimer, como lo encontrado por Edland y colaboradores 14 en la Clínica Mayo, Rochester, Minnesota, quienes examinaron la relación entre diabetes y enfermedad de Alzheimer y concluyeron que la historia previa de diabetes incrementa el riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer. La diabetes aumentaba el riesgo de demencia de Alzheimer 1,5 veces, y de demencia vascular 2,6 veces.

La diabetes y el estado de tolerancia alterado para la glucosa conducen a la formación de productos avanzados de la glucolisación (del inglés AGEs), placas amiloides y ovillos neurofibrilares que contienen receptores para AGEs y finalmente, a la disrupción de la transmisión sináptica.15

La mejor explicación para los hallazgos inconstantes en la asociación entre el colesterol y la demencia, es precisamente la edad en la cual se determinan los niveles de colesterol. La hiperlipidemia conduce a la aterosclerosis, la cual incrementa el riesgo de enfermedad vascular y provoca un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer.16

La obesidad, la hipertensión en la edad media de la vida y la diabetes, potencialmente contribuyen a una proporción significativa de los casos de demencia y enfermedad de Alzheimer, debido al daño vascular o la producción de sustancias que son importantes en el metabolismo (adipocinas) y la inflamación (citocinas) por el tejido adiposo o por la insulinorresistencia y la hiperinsulinemia.17

La obesidad aunque no tuvo una significación estadística en esta población coinciden con otros autores.18 La poca actividad física de nuestra población está relacionada con la demencia, existen estudios que pueden validar los beneficios de la práctica sistemática de ejercicios físicos para el tejido nervioso como los de Vogel y colaboradores 19 consideran que la actividad física y las actividades de ocio parecen proporcionar protección contra el Alzheimer además explican las conexiones entre la actividad física y la biología del cerebro.

Los estudios realizados en animales basados en resultados de neuroimágenes con resonancia magnética nuclear, sugieren que el ejercicio físico puede promover la angiogénesis, la neurogénesis, la plasticidad de las sinapsis, la supervivencia de las neuronas y el aumento de la expresión de genes. La actividad física más intensa ha sido asociada con la reducción de la inflamación.20

Los fenómenos de ansiedad se pueden presentar hasta en 40 - 50 % de los pacientes con Alzheimer. Existen pocos trabajos que estudian la relación entre los trastornos por ansiedad y la demencia, aunque sí se conoce que en los estadios iniciales del Alzheimer los síntomas ansiosos son más frecuentes que en la población geriátrica no demente. Ocasionalmente las alteraciones de la conducta y el deterioro cognitivo son muy marcados y se pasan por alto los síntomas ansiosos.21

En cuanto a la depresión, existen discrepancias acerca de su prevalencia, oscilando entre 25 y 85 %. Algunos incluso la asocian directamente con el aumento en la mortalidad. Sin embargo, hasta hace relativamente pocos años se dudaba realmente que el paciente demente pudiera deprimirse, pero hoy se demuestra la correspondencia de la depresión y la ansiedad con la demencia.22

Otro factor de riesgo asociado a la demencia de Alzheimer encontrado en nuestra población estudiada fue el antecedente de haber sufrido algún traumatismo craneoencefálico de importancia, de gran significación estadística en nuestro trabajo y que
coincide con los trabajos de Roberts GW y otros 23 que han confirmado que la lesión craneal se asocia a la enfermedad de Alzheimer, pues el traumatismo craneal puede acelerar la producción de beta-amiloide. La proteína precursora de beta-amiloide contiene elementos que podrían activarse por lesiones como traumatismo o hipoxia.

Los datos sobre la tasa de conversión de deterioro cognitivo leve a demencia varían ampliamente en la literatura, sin embargo, hay consenso sobre el hecho de que los pacientes con deterioro cognitivo leve tienen una incidencia de demencia mayor que la población general. Ésta es de alrededor de un 15 % anual. 24

 

CONCLUSIONES

Los factores de riesgo que se asociaron más a la demencia de Alzheimer fueron el traumatismo craneoencefálico, el deterioro cognitivo leve, la depresión y la hipertensión arterial.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Recibido: 14 de julio de 2016.
Aprobado: 4 de octubre de 2016.

 

 

Ramón Calzado Salomón. Filial de Ciencias Médicas ¨Dr. Efraín Benítez Popa¨. Bayamo. Granma, Cuba. Email: ramonc@fcmb.grm.sld.cu

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